algo que no debe decirse, o no se dijo a tiempo.

El único consejo que te puedo dar ahora es que no te desesperes, dale tiempo al tiempo.
O mejor no le des nada.
Y supera tu cobardía, que ya hace mucho que te persigue.
Esa cobardía que me hace esperar, que me cura y me hiere. He venido a entender que no eres tú qué haces las cosas que haces, por mas buenas o malas que sean. Es tu cobardía.
Sigue ahí, siendo el mismo, que tu soledad te va alcanzar pronto y ahí me buscaras.
Me llamaras una y otra vez. No lo voy a coger.
En este instante empiezo a correr, para cuando abras los ojos, ya yo esté muy lejos.
Vas a gritar mi nombre una y otra vez. Y no voy a escuchar.
Porque este tira y jala ya acabo con mi energía de seguir luchando… de seguir esperando.
Ya no espero más y mucho menos lucho. Ya no vale la pena.
Y si la valiera, aun así, tú lo haces muy difícil.
Te importa, no te importa, te importa, no te importa. Decídete.
Ahh pero no eres tu el de la inseguridad, es tu cobardía.
El nunca fue como tú. Siempre fueron distintos. No sé ni cómo me atrevo a compararlos.
Valiente. Apasionado. Seguro de sí mismo.
Pero tu no. Tú eres todo lo contrario y aun así, te elegí a ti.
O más bien mi corazón, porque si estuviera en mi esa decisión,
Hace tiempo que te hubiese devuelto por defecto de fábrica.

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Y si, entiendo que quieres hablar, que aveces necesitas saber de mi, pero no sé si quiera saber de ti.