Friday, November 19, 2010

"y me envenenan los besos que voy dando"


"Se deja de querer…
y no se sabe por qué se deja de querer;
es como abrir la mano y encontrarla vacía
y no saber de pronto qué cosa se nos fue’"- JAB

     Y es que llegas a un punto donde conoces todos los bares, todas las esquinas, todos los tragos y todas las calles sin salidas donde te has estacionado a perder unas cuantas palabras. Y eso está bien, pero después de un tiempo llega aburrir ¿sabes?. Las mismas caras, la misma gente, los mismos carros, la misma boca, los mismos labios, el mismo beso… una y otra vez. Fue por eso que tuve que alejarme, y mantener mi distancia y a partir de ahí, mirar hacia afuera, solo para darme cuenta de que la única manera de arreglar las cosas era dando media vuelta y comenzar a andar, sin mirar atrás, pero esta vez cargando sobre mis hombros unos cuantos arrepentimientos de mas, causados por unos besos de menos. No me preguntes porque lo hice, hasta el sol de hoy, todavía no lo sé. Simplemente se, que un día me desperté con la necesidad de comenzar andar y sabia que en esta media isla no lo iba poder hacer, que iba a necesitar un camino mas largo para poder olvidarme de todo lo que había pasado, porque en el mismo momento en que comenzará andar, en cada esquina, en cada semáforo, en cada restaurante y sobre todo cada vez que pasara por esa calle tan tuya y tan mía, iba a ver tu cara y sabia que cuando eso pasara iba a querer mirar hacia atrás y recordarte. Pensar en esos recuerdos que caen como el tequila, de un golpe, y siempre dejándote ese malestar en el estomago. No es que todos sean malos, para nada… pero tienes que entender no siempre son los malos recuerdos los que duelen, al contrario, aquellas buenas memorias son las causantes principales de esa soledad, ese frio que sofoca, ese mal tan difícil de curar. Y es que tuve muchos buenos recuerdos contigo, y me tomo un tiempo, pero entendí que hay cosas que hay que dejarlas atrás. Dicen que“buenas cosas vienen para aquel que espera” te puedo decir que en mi caso, mientras mas esperaba, mientras más me acomodaba en mi silla, dándole al tiempo lo que más le gusta, a el mismo, mas mala era la jugada que me jugaba la vida, o tu… no hay por qué meter a la vida en esto… como si supiera de lo que estuviéramos hablando. El punto es que tuve que salir de esa media isla, dejando todo atrás, mi carrera, mis amigos, mi familia, y allá muy atrás en el camino… dejándote a ti. Y lo logre, Salí de ahí y cruce océanos y mares y conocí a nuevas personas que me enseñaron nuevas formas de ver la vida. Nuevas culturas, nuevos libros… todo eso para dejarme con un mal sabor en la boca. Sabes, he llegado a pensar que el loco de Sabina tenía algo de razón en eso de los besos, que uno se va envenenando a si mismo, con los besos que va dando. Y me pasó, me fui envenenando con aquellos besos que iba dando y que no eran a ti.

Hasta aquel día.
  
     Te cuento que lo conocí a eso del medio día, tal vez un poco más tarde, en una de esas tardes de lluvia donde lo único que quisieras es haberte quedado en tu cama. Lo conocí en un lugar inesperado, a la hora inesperada, en el momento inesperado. Fue uno de esos instantes en los cuales, miras hacia atrás y dices que si tuvieras la elección o para ese entonces hubieses sabido cómo se desenvolverían las cosas, te hubieses arreglado un poco más, o hubieses dicho unas cuantas palabras de menos, aunque al final el día haya superado tus expectativas. Ese día el metro estaba lleno, lleno de personas que como consecuencia de vivir en una ciudad grande y todavía tener la costumbre de haber crecido en una ciudad pequeña, todavía no llegaba a comprender como no las habías visto antes. Y es que en realidad, en eso consistían todos mis viajes en el metro. ¿Te soy sincera? Esos eran los únicos momentos en los que me permitía recordarte, el viaje era corto relativamente y no podía durar mucho inmersa en nuestros recuerdos pues, podía suceder, como sucedió varias veces, que perdiera la parada y tuviera que esperar a la próxima parada y caminar kilómetros para devolverme, solo para encontrarme con un salón vacio cuando llegara a clases. El punto es que, lo vi por primera vez en el metro, o el me vio a mi según el alardea. Si, alardea, como si yo fuera la gran cosa. Y es que nunca había creído en el amor a primera vista pero me di cuenta esa tarde, que aquello que decía Serrano era cierto, “y es que acaso existen otros?”. Esa tarde no paso nada que no hayas visto en alguna de esas películas de Hollywood, el me miro, yo lo mire y nos miramos. Al salir del metro él se acerco y me pregunto donde vivía y donde estudiaba. Debo decir que rompí con toda expectativa de romance pues le explique que no podía decirle, pues no lo conocía. Y esa ciudad norteña era muy grande y existían muchas personas que, afectadas por el capitalismo y la casi consiguiente falta de oportunidad y de educación, habían recurrido a la violencia como manera de ganarse el pan, y le explique que realmente no sabía si era una de esas personas. Claro, el en ese momento se quedo con la boca abierta, porque qué clase de persona responde de esa manera a una especie de cortejo o intento de… . Pero debo decirte algo, y no es que intento comparar puesto que aquí hacerlo sería injusto, pero no porque no hay comparación, no te preocupes; debo decirte que a diferencia de ti, el busco la forma, la manera y todos los días me esperaba en la puerta del metro, a las 2 de la tarde, siempre ahí, parado con su abrigo azul marino y sus ojos café. Hasta que un día, descubrimos que ambos íbamos a la misma Universidad y que ambos éramos amantes de la lectura. Si, le gusta leer. Te dije que era perfecto… en esas nos fuimos conociendo, y comenzamos a salir, sabes al principio muy casual. y una noche en una de esas salidas casuales, casualmente me beso. No como tenia de costumbre ¿sabes? Sucedió sin esperarlo, saliendo de una de esas tertulias donde se mezclan inolvidablemente el vino y la literatura, de esos eventos que no se ven en esta media isla, por ser una celebradora constante de la ignorancia, de esos eventos que solos se ven en países que disponen de una cultura rica porque entiende que leer es esencial para el desarrollo por más que la televisión quiera desestimarlo. El punto es que me beso. Y fue entonces entre tragos amargos y versos de Neruda, que aquella región norteña me enseño que existen otros callejones oscuros, de esos sin salidas que tanto conoces, donde las personas van a perder las palabras. No es que haya sido la gran cosa, pero por primera vez en mucho tiempo no sentía que me envenenaba, y por primera vez en mucho más tiempo no pensé en ti mientras lo hacía.
                 
                     - Entonces, ¿te beso? ¿Y? ¿Ya te olvidaste de mí?
                Ella lo mira, y sonríe,
               - Tienes que entender que eres como la hierba mala, que las personas como tu nunca mueren.

Sunday, August 1, 2010

un año...


La verdad es que las cosas han cambiado.
El mundo le da la vuelta al sol, y en esas estamos nosotros dándole la vuelta a nuestros mundos.
Y nada vuelve a ser lo mismo.
Ni el sol
Ni el mundo
Ni tu
Ni yo.

la polvora y el fuego.

Hay dias en los que prefiero no verte
No saber de ti.
Pretender que no te conosco cuando mencionan tu nombre
No por despecho, ni nada por el estilo.
Si no, porque simplemente
Aunque prefiero estar contigo estando contigo,
No aguanto la idea de estar contigo y tu…
Tu estando con otra.

" Despues de meses y meses en guerra...Asi fue como la polvora y el fuego decidieron no hacerse mas daño, acordaron un trato de lejania para no explotar mas."

Wednesday, July 28, 2010

dialogos

El: ¿Todavia estas triste?¿Como estas?

Ella: Bien

El: No te noto bien.

Ella: Tu no me notas y punto.

Saturday, July 17, 2010

aunque no tenga nada que ver...

El andaba buscándola y esta demás decir que sin suerte alguna.
Ya las calles habían dejado de ser calles, y eran parte de una rutina cínica, que se burlaba en su cara.
Y la música con letra de Judas le traían recuerdos con algo de esquizofrenia .
Y la veía en todas partes,
Y le hablaba,
Y la quería.
En su mente él nunca creyó que ella se iría.
Pero le pasó lo que le pasó al pastorcito y el lobo.
De tanto dar falsas alarmas le comieron las ovejas.
O tal vez fue todo lo contrario.
De tantas falsas alarmas, se descuido, y las ovejas se escaparon buscando al lobo.

"A veces me dan ganas de darte un te extraño, un suspiro y un beso inocente en la mejilla sin mal interpretaciones, sin prejuicios, sin rodeos, a veces." - Pablo Neruda.

Tuesday, June 22, 2010

Un poco de otros... Ismael Serrano.

“Quizá les haya pasado en alguna ocasión. Quizá, alguna vez, caminando por la calle les pareció ver entre el tumulto de la gente a una persona a la que amaron hace mucho tiempo. Apenas fue un instante, un breve destello de luz, el suficiente como para dejar una quemadura en la retina y en el alma. El suficiente como para dejarte paralizado en mitad de la acera sintiéndote al contracorriente de todo, sin saber muy bien que hacer o que decir. Se le llena a uno la cabeza de recuerdos, y el caso es que no estás seguro de que se trate de esa persona. Primero, porque como digo, fue un breve instante, y segundo porque hace tanto tiempo desde la última vez que os visteis que… Todos hemos cambiado en este tiempo. Y tú también aunque te niegues a reconocerlo. Y está bien que así sea. El caso es que uno queda dudando en mitad de la acera, pensando si no será que uno confunde la realidad con el deseo. Quiero decir que quizá sí se trate de esa persona, pero a lo mejor no. A lo mejor uno la desea tanto que la inventa entre la gente. Desapareciendo y apareciendo, apareciendo y desapareciendo. Y no digo que quedara algo urgente por decir, algo pendiente… Quizá no sea eso, quizá sea sólo un deseo inconciente, y uno sólo quiere encontrarse con ella para decirle cualquier tontería. Quizá para recuperar un retazo de aquellos tiempos en los que eramos eternos e invulnerables. Quizá sólo para decir “¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo?” “¿Qué fue de nosotros?” “¿Qué ha sido de mi”…”


ISMAEL SERRANO - 

Monday, June 21, 2010

Brevedades 5

Me tomo alrededor de 10 minutos leer la primera pagina de “ómnibus”; creo que si Cortazar estuviese vivo, se estaría revolcando en su tumba.
No se preocupe Don Julio, el problema no lo tiene usted, ni su cuento. El problema es mio. El problema soy yo.

Brevedades 4

Todo es un juego de palabras. Nuestras conversaciones. Nuestras vidas. Nuestras relaciones. Palabras que engordan de tanto tragarse. Palabras que enferman porque son venenosas. Palabras que son un vacio por que se las roba el aire (no el viento).

escusas de ausencia.

vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza....

Mario Benedetti.

Wednesday, June 9, 2010

Viejos fantasmas que siempre aparecen,
Y es que eso es lo que hay que saber de ellos,
Saber que siempre aparecen…
Y no soprenderse cuando lo hagan.

Friday, May 21, 2010

historia de carola, - Ismael Serrano

Quien cree en el amor a primera vista? Si es que acaso existen otros

Yo conozco la história de un tipo que se enamoró desde una ventana.

Es la história de un amigo, vive en México, en el D.F., trabaja en la octava planta de un edificio, en unas oficinas en el centro de la ciudad.
Y un día, estaba con la mirada perdida en el smog del D.F. cuando bajó la mirada del cielo a la calle; o más bien del smog al cielo, porque allí estaba ella, la dulce Carola, de belleza soberbia, radiante cruzaba la calle, y a sus pasos se detenía toda la ciudad. En frente, había un edificio en obras, y todos detenían su ritmo frenético para observar aquella mujer.

Un obrero estuvo tentado de lanzarle un piropo, pero el de al lado le dio un codazo para callarlo; tal era el silencio litúrgico que imponía esa mujer. Y mi amigo se quedó embobado mirando aquella mujer, cruzando la calle... Ella iba pensando en lo suyo, pensando quizás en lo duro que iba a ser su nuevo trabajo en el restaurante de la esquina. Se quedó embobado viendo cómo la puerta del restaurante devoraba a aquella mujer menuda, y supo mi amigo que nada sería igual.

A la mañana siguiente, después de haber estado toda la noche pensando en aquella mujer, mi amigo salió a la ventana, se asomó... Y allí la encontró. Y aquella cita era diaria, aquella cita se convirtió en una obsesión; día a tras día mi amigo se asomaba a la ventana y la veía pasar, se preguntaba como sería ella, como sería su vida, como despertaría, como dormiría. Pasaban los días, y pasaban los meses, y mi amigo a veces creía percibir el perfume de ella desde lo alto del edificio, fíjate. Creía escucharla tararear una canción y la melodía le perseguía durante todo el día. Y pasaban los meses, y pasaron años... Y mi amigo asomado a la ventana, preocupándose cuando la veía caminar bajo la lluvia sin paraguas, preocupado cuando la creía ver mas delgada... Paso mucho tiempo, y muchas veces estuvo tentado de bajar los ocho pisos para decirle a aquella mujer, que: ¡que diablos! que la amaba. Pero no lo hizo.

Y paso mucho tiempo, cuatro años asomado a la ventana, y planeando el momento preciso para acercarse a ella... Y por fin tomo una decisión: sería este día. Ese día terrible, mi amigo se sorprendió un poco cuando no la vio pasar por debajo de su ventana, pero aún así se fue a buscarla al restaurante; buscó a Carola entre las mesas pero no la encontró, así que preguntó al encargado. Le dijo que Carola se había marchado, no del restaurante, del D.F... Se había ido a Acapulco con su familia, y no iba a volver más...

Y mi amigo supo del sabor amargo de la derrota. Supo que aquella mujer no volvería a cruzar por debajo de su ventana, y subió los ocho piso arrastrando los pies, y no se sorprendió cuando en la octava planta encontró a todo el mundo alborotado, de un lado para otro, frenéticos. Alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos en la calle. En un día había perdido todo: la mujer que amaba, el trabajo,... Volvió para casa, no muy sorprendido, todo encajaba. El mundo se derrumbaba y lo hacia todo de una vez

Durante mucho tiempo estuvo abandonándose en casa, sin saber que hacer, y solamente pensando en la Dulce Carola. Primero sin el valor para salir a buscarla a Acapulco, y luego sin la plata necesaria. Pasó otro año, 5 años desde que vio a Carola por primera vez, y decidió, pues, tomar una decisión. Empezó a buscar trabajo, pero mi amigo tenia 39 años, y en México no es fácil encontrar trabajo a esa edad, porque ya no eres el joven agresivo que buscan las empresas, sabes?, y en todas las entrevistas de trabajo le decían que no y que no. Así que mi amigo decidió tomar una decisión que cambió su vida. Decidió buscar a un coyote (un coyote en México es un tipo que se dedica a negocios turbios). Veréis, mi amigo buscaría a un coyote para que le hiciese una falsificación de la partida de nacimiento; mi amigo bien podría aparentar 34, así que le pediría al coyote una partida de nacimiento que dijera que tiene 34 para así poder acceder a algún puesto de trabajo. Así pues, mi amigo se fue para la Plaza de Santo Domingo, cerca del Zócalo, donde están los coyotes...Y ahí tienes a mi amigo perdido, colgado de un lado para otro. Se acabó perdiendo entre las callejuelas, y apareció en un callejón inhóspito, en un portal antiguo, viejo. Observó como un anciano le sonreía y le hacia señas para que le siguiera. Mi amigo siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un coyote. Le dijo: - yo soy tu hombre, se lo que necesitas, - si ya se, necesito una partida de nacimiento que falsifique que tengo 34, - vale, vale, dame tus datos. Empezó a tomar datos, y mientras tomaba datos, el viejo coyote, le dijo:

-¿ Alguna vez estuviste en Acapulco?

Y a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el ácido del recuerdo, - Nunca.- El viejo le dijo: " Veras, yo vivo cerca de la autopista hacia Acapulco, cerca de Tepozán, ¿Conoces la curva del autopista?" ¿conocéis la leyenda, verdad?, mi amigo también; la del fantasma que hacía autostop en el mismo sitio, que se subía en el primer coche y desaparecía en la misma curva en que se mato... Aquella carretera estaba deshabitada. Casi nadie pasaba por allí por miedo al fantasma. mi amigo asintió, y el viejo le dijo: "Pues veras, muchas veces he estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo... Espera un momento". Y mi amigo, se quedó pensando en Acapulco y mil huidas. Al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos, y se fue para casa. Aquella noche sólo pudo dormir con el recuerdo de la Dulce Carola .

A la mañana, el teléfono sonó bien temprano. Alguien al otro lado le decía: "Oye que tienes que venir a la reunión, que es urgentísimo, que tienes que estar aquí, vente para la oficina!". Y mi amigo colgó el teléfono, maldiciendo al tipo al otro lado de la línea: "¡la oficina!..bah". El caso es que antes de despedirse, el coyote le había dicho: "Ten cuidado, vuelves a tener 34 años, no repitas lo errores". Y pensó en las palabras del coyote mientras se despertaba; encendió la radio, y en la radio las noticias de otras veces... Mi amigo buscando los papeles del coyote; no los encontraba... De repente alguien dijo la fecha: era la de hacía 5 años. Bajó corriendo las escaleras y compró el primer periódico que vio. Miró la fecha... y era la de hacía cinco años. Volvía tener 34 años. Agarró el primer taxi que vio, se fue para su oficina volando, subió las ocho plantas corriendo, y allí estaba todo igual: su mismo despacho, la misma gente...Y la misma ventana. Mi amigo se acercó a ella, se asomó y su aliento se detuvo; como toda la ciudad, al paso de la Dulce Carola. Todo empezaba de nuevo.

Ahí tienes a mi amigo, con todo el futuro por delante, o con todo el pasado, no se muy bien. Volviendo a mirar por la ventana y encontrándose con aquella mujer; ahora jugaba con ventaja, porque conocía los plazos del tiempo que le quedaba. Aún así, dejó pasar el primer año deleitándose, asomándose por la ventana, y planificando bien la declaración de amor; pensando en la pose precisa, en las palabras adecuadas, y dejó pasar el tiempo. Un día se presentó en el restaurante a la hora de comer, se sentó en la primera mesa que vio libre, y vio a Carola, deambulando entre las mesas, se acercó, se puso delante de él, y le dijo: "¿Qué desea?". Aquel era el momento, ésa era su oportunidad, así que su garganta se tensó como una guitarra, y mirándola le dijo:

"Una sopa de cebolla y un filete de ráchela bien cocido, por favor".

Carola tomó nota y se fue. Mi amigo se estuvo maldiciendo toda la noche, así que al día siguiente,ahí le tienes, sentando a la mesa, mirando a Carola, clavando sus pupilas en las de ella y diciendo: "una sopa de cebolla y unos tacos de camarones, por favor". Y al día siguiente, armándose de valor: "Una sopa de cebolla sólo, por favor". Y así, día tras día, asomándose por las ventanas viéndola pasar, y a la hora de comer asomándose a una sopa de cebolla... Y el tiempo pasaba. A veces mi amigo creía que ella fijaba su vista en él, y entonces, ahhhh amigo... Entonces las palomas del parque volaban, los borrachos en las tabernas brindaban a su salud, los feligreses en las iglesias se abrazaban, y los soldados en primera línea de fuego se daban largos besos en la boca. Qué va. Ella no reparaba en él. Y pasaba el tiempo, pasaban los días, pasaban los meses, y pasaban los años, años de sopa de cebolla. Por fin llego el momento; no podía retrasar más la declaración. Al día siguiente Carola se iba, y aquella noche casi no durmió mi amigo. Pero al día siguiente ahi se presento, se acercó a Carola como todos los días, y le dedico una sonrisa, quizás mas afectuosa que otras veces. El caso es que se hizo silencio un instante que pareció eterno, ahí pensó decir "Me gustas cuando callas por que estas como ausente", o no se, quizás, "¿Por qué me despierto de madrugada mientras todos duermen?" Pensó en decirle:" Me dueles mansamente, me dueles, quítame la cabeza, córtame el cuello, porque nada queda de mí después de este amor". Pensó en decirle simplemente: "Quédate conmigo, por favor". Y por fin: "Una sopa de cebolla, por favor". Era inevitable. Mi amigo comió la sopa de cebolla como un condenado a muerte, en calma y en silencio, y se fue para casa. Ni siquiera pasó por su despacho, sabia que la derrota era inevitable, y a mi no me sorprende mucho porque creo que alguien dijo una vez: que "los amores cobardes, no llegan ni amores, ni a histórias; se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar".

Al principio mi amigo se derrumbó, pero luego.... Luego también, pero trató de buscar de nuevo al coyote para encontrar la posibilidad de.... De yo qué sé. Y se fue para la plaza de Santo Domingo, y rebuscando encontró el nuevo callejón y el antiguo portal... Y no. Encontró una sucursal del Fondo Monetario Internacional; esos eran otros coyotes, no le interesaban. Así que recordó las palabras del viejo coyote: cerca de Tepozlan, recordó la curva del autostopista. Agarró el carro y se fue para allá... No se sorprendió cuando se encontró un poblado fantasma; aquel pueblo era una sombra del pasado, todo ruinas, abandonado desde hacía mas de 50 años. Empezaba a hacerse de noche. Mi amigo se sonrió, asumió la derrota y decidió volver a casa cuando ya era noche cerrada. Entró en el coche y, al poco de salir del pueblo, encontró a una chica haciendo autostop en el arcén. Mi amigo no lo dudó, paró, bajó la ventanilla, y "¿A dónde vas?": - al D.F. – "Pues sube", y al poco de subirse ella dijo: - tenga mucho cuidado en la siguiente curva. Y apenas pudo acabar la frase, porque en la última palabra sonó el reventón de una rueda, así que mi amigo, se tuvo que hacer a un lado de la carretera, y dijo: "disculpa"... Y tenías que ver la cara del autoestopista. Porque la curva quedaba lejos.

Bueno...Pues, se detuvieron, él bajó a cambiar la rueda, y ella con él... Y empezaron a hablar; una conversación trivial, pequeñas cosas, que fueron creciendo como bolas de nieve hasta convertirse en grandes cosas - ¿Y tú de dónde eres?, - Pues yo del D.F., y él le preguntaba :"Y a qué te dedicas", y ella decía: "antes estudiaba, pero ya no"... Al rato no sé que le estaría contando él porque ella se descojonaba de risa, y jamás nadie había tardado tanto en cambiar una rueda, la verdad. Y la noche pasaba, y mi amigo le empezó a contar la história de la dulce carola, del coyote, y de la ventana, y de la sopa de cebolla, y le decía a la mujer: "¿Te lo crees?", y la mujer decía:

"Si yo te contara... Yo sé lo que es desaparecer justo en el momento preciso, yo sé lo que es repetir la história una y otra vez.... Yo te entiendo".

- ¿Tu crees en los amores a primera vista? – ¿acaso existen otros?

Aquella mujer, la autostopista era hermosa, no se si tanto como Carola, pero era hermosa, triste pero hermosa. Aquel silencio fue eterno, y él le dijo: volvamos al coche, te llevo al D.F. Y mientras se subían al coche, el pensó en decirle: "Quédate conmigo, huyamos juntos a cualquier sitio, empecemos de nuevo, yo que se!", y quizás ella pensaba lo mismo, pero, sin embargo, dijo: "Ten cuidado con esa curva". Y mi amigo tuvo mucho cuidado, paso la curva, y con los ojos fijos en la carretera, mi amigo no se atrevía a mirar en el asiento de al lado. Quizás ella también se había marchado como la Dulce Carola y volvía a estar solo, y sabiéndose solo, se dirigió hacia la autopista y cuando iba a entrar en ella escucho una voz al lado que decía:

"¿Alguna vez has estado en Acapulco?"

Mi amigo miro en el asiento de al lado y hay seguía ella, ahora estoy seguro era mas hermosa que Carola, mi amigo dijo:" Nunca", y ella le dijo: "Pues llévame". Yse fueron, y así siguen en la carretera. Mi amigo no volvió a ver a Carola, porque lo importante no era Acapulco, lo importante era el viaje, y saber que hay que tener memoria para no repetir los errores y saber que la história no se debe repetir.

Sobre los fantasmas, no sé si creer. Yo no sé si hay vida después de la muerte. Hay gente que se cuestiona si hay vida antes de la muerte. Yo personalmente me cuestiono si hay vida antes de las 12 de la mañana...

El caso es que por aquella carretera ahora pasan después de media noche, no se si existe un coyote que me devuelva a mi pasado, no creo, pero yo personalmente no dejare que pases por debajo de mi ventana sin pedirte que te quedes conmigo, ni que subas a mi coche sin que emprendamos una urgente huida.

Wednesday, May 5, 2010

promesas a no olvidar.

Te prometo que todo mejorará con el tiempo; hablo de mis posts , que conste.

ella y el.

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Tenían mucho sin verse. Habían quedado en encontrarse en un restaurante pequeño que traía más recuerdos  que otra cosa.  Y eso era lo que necesitaban ambos, recuerdos que les recuerden porque después de dos años  se iban a encontrar allí, una noche más. Como en los viejos tiempos.

Sin embargo, los viejos tiempos ya no importaban mucho. Habían quedado en el pasado en el momento que ella se fue a vivir a España y el se quedo de este lado del continente, ella siempre le decía que su único y verdadero amor de su vida era la Cuidad de Nueva York. (Tiene razón, pero ni tanta, hay cosas mas importantes que los grandes edificios y el sentimiento de libertad. Pocas, pero las hay.) El siempre decía lo mismo: las ciudades no te rompen el corazón L, por eso las amo. Y es que el siempre fue un  hombre de muchos amores, demasiados. ¿Y ella? Ella solo tuvo un gran amor.

Después de dos años, muchas noches de estudio, unos boletos de aviones execivamente caros y 24 meses de soledad concurrida y acompañada  se quedaron en ver, en aquel restaurante que los había visto reír y llorar tantas veces. Decían que esas paredes iban segundas en la lista que más los conocía, ¿el primer lugar? Pertenecía a ambos, recíprocamente.  

Ella estaba nerviosa
El sólo la quería ver

Ella llegó, aun él no había llegado.  Pidió un trago  “extra seco y  sin hielo” dijo sin pensarlo (como diría Benedetti) “Perdón, quise decir, con hielo y a la roca”. Sonrió, porque sabía que él le hubiese causado gracia que estuviera nerviosa y citando al viejo Mario.  El siempre decía que aquel  autor uruguayo era el único y verdadero amor de su vida. (Tienes razón, pero ni tanta, hay personas más importantes que aquel viejecito que habla de “vos”. Pocas, pero las hay.) Ella siempre respondía lo mismo: Benedetti no me romperá el corazón B, por eso lo amo. Y es que ella siempre tuvo un gran amor por las letras. ¿y él? El también, pero ni tanto, prefería escucharla a ella hablar de esas cosas.

El estaba unos minutos tarde al salir de su casa (no sé por qué quedamos en vernos allá, ahora yo estoy tarde y ella nerviosa, creyendo que no llegaré; no se porque piensa asi, si nunca le haría eso [peores cosas le has hecho], buen punto.) Se dio prisa y en unos minutos ya estaba en el restaurante (cualquier cosa por no mortificarla).

10 minutos de retraso.

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Ella sabía que el siempre andaba tarde. Tarde. Incluso aquella noche que se despidieron. (Si hubiese sabido que íbamos a durar tanto sin vernos no lo hubiese dejado ir nunca.) Ella se había puesto su mejor vestido, como si haría alguna diferencia. El la había hecho esperar como de costumbre. Nunca le importo hacerlo, para esas épocas ella estaba acostumbrada. Siempre lo esperaba. Siempre lo esperó.  (¿y si ha cambiado? ¿y si ahora llega puntal a los sitios? ¿Y si no viene?; C, estas paranoica, va a venir, si fue el que te pidió que se reunieran; ¿y si se arrepintió?) Ella se puso más nerviosa y le temblaban las manos. (Tengo que dejar los nervios o se va a dar cuenta).

El se estaciono, y entro de prisa al pequeño restaurante. El simple olor del restaurante era suficiente para imaginársela. La buscó y estaba sentada en la mesa de siempre. (Bárbaro, hay cosas que no cambian).  Pero algunas cosas que si cambian, ella. Ella era la misma. (está nerviosa.) -Una sonrisa inundo su cara-. (Pidió un trago a la roca, no debí demorarme tanto, probablemente ha tratado de citar  Benedetti al hablar con el mozo, [me encanta cuando hace eso].)  Pero había algo diferente... (está bella).

Ella lo vio y, Ambos sonrieron al mirarse.
En ese momento sus pensamientos fueron como un eco que retumbaba entre las paredes del restaurante.
(¿Todavía me querrá?)(¿Todavía me querrá?). Y es que siempre decían los demás, que iban a terminar juntos. Ella siempre decía lo mismo: “es la teoría más ridícula que he escuchado en mi vida” (no sonrías, se darán cuenta). El siempre decía lo mismo: “¿con ella? ¡Por dios! (ni loco [es la única que me entiende]).

y asi su historia termino como siempre, pero diferente.
"me voy a casar"- dijo ella sin titubear tan pronto se sentaron en la mesa.
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Monday, March 22, 2010

" Y si el comparar no es justo, diré que no hay comparación."

Saturday, March 13, 2010

http://mchb2.tumblr.com/

Sunday, February 14, 2010

otro poco.

Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber q éstos son
los últimos versos q te escribo,
para decir "con Dios" a los dos
nos sobran los motivos
Joaquin Sabina


18 de mayo 2010


Monday, February 8, 2010

Porque entendí que mientras no te mire a los ojos cuando estoy contigo, y no me quede sola cuando estoy sin ti, todo andará mejor.