Mi cerebro siempre tuvo una afinidad indudable con Mario
Benedetti, sabes. Y un dia de estos,
tratando de seguir un hábito bien perdido por la rutina, me topé con esto:
“Quizá fue una hecatombe
de esperanzas
un derrumbe de algún modo
previsto
ah pero mi tristeza solo
tuvo un sentido
todas mis intuiciones se
asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron
hasta aquí había hecho y
rehecho
mis trayectos contigo
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la
manera
una manera tierna
y a la vez implacable
de desahuciar mi amor
con un solo pronostico lo
quitaste
de los suburbios de tu
vida posible
lo envolviste en nostalgias
lo cargaste por cuadras y cuadras
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera
ahí nomás lo dejaste
a solas con su suerte
que no es mucha
creo que tenés razón
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo
hace mucho muchísimo
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
mas no fue tierno
ahora estoy solo
francamente
solo
siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse
desgraciado
antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles
de invierno
con los ojos bien secos
por si acaso
miro como te vas
adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.”
Es increíble como haces algo que no has hecho en mucho tiempo, y
de repente, después de tener meses y años andando perdido por el mundo… te
encuentras.